jueves, 5 de junio de 2014

¡Las flores se han convertido en uvas de verdad!

El cuajado de la fruta ha sido muy bueno y somos muy optimistas en cuanto a la nueva vendimia. La cubierta vegetal se ve muy saludable y las primeras estimaciones de rendimiento son más altas que la media, lo cual haría de ésta la tercera gran cosecha consecutiva - algo sin precedentes. Por supuesto, sólo si todo va perfectamente hasta la vendimia, ya que muchos factores pueden afectar tanto la cantidad como la calidad de la cosecha.
 


Filiberto, Mamá y yo paseamos por la nueva plantación de Albariño, para comprobar los nuevos injertos.



Sólo una semana después del injerto, las primeras hojas están apareciendo ya y se ven muy saludables.




Los nuevos racimos están saludables y con una medida muy buena.

He aprendido una pequeña lección de viticultura que encuentro realmente interesante. La cepa tiene una flor perfecta, donde hay la parte femenina (ovario) y la masculina (estigma) - por tanto es autopolinizante. La flor también tiene una tapa encima, que pierde cuando cuaja el fruto.
 
Nuestro insectario, fotografiado en mi último post, atrae insectos que polinizarán otras flores, pero no las flores de la viña. Sin  embargo, ayudan a crear diversidad - uno de los principios de la Biodinámica.
 
En la foto de la izquierda se puede ver un racimo después de cuajar la fruta, todavía con algunas tapas marrón, así como algunas flores muertas (puntos marrones) que nunca polinizaron y por tanto no se convertirán en fruta.
 
Si sacudes el racimo o pasas la mano por encima, tanto estas tapas como las flores no cuajadas caerán. Mamá me lo enseñó y ¡es muy divertido!

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